Para analizar el edificio del Banco De Bogotá es necesario hacer un estudio del contexto histórico tanto nacional como internacional, pues están íntimamente relacionados el uno con el otro, siendo el resultado de su combinación un cambio en los paradigmas no sólo arquitectónicos sino de diferentes índoles en la nación colombiana.

 

            A nivel internacional surgen dos grandes influencias desde el punto de vista arquitectónico, que son el movimiento moderno (estilo internacional), que nace en Europa y de allí se expande al mundo occidental, y la Escuela de Chicago, proveniente de Estados Unidos. Dentro del movimiento moderno, que son un conjunto de tendencias que surgen a finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, es importante resaltar que se rompe con la tradición ya existente de configuración de espacios, formas compositivas y estéticas, y se exploran y aprovechan nuevas técnicas constructivas y nuevos materiales industriales en grandes extensiones (como el acero laminado, hormigón armado, y vidrio plano, entre otros). Así mismo, hay una clara inclinación hacia las plantas y secciones ortogonales generalmente asimétricas, sin decoración en las fachadas y con la presencia de grandes ventanales con perfiles de acero.

 

            Por el otro lado, surge en Chicago hacia las mismas fechas el estilo arquitectónico que se conoce como Escuela de Chicago. Esta ciudad, que venia siendo prospera en términos demográficos y urbanísticos, sufre un incendio en 1871 que deja gran parte de la ciudad destruida, y en la necesidad de levantarla de nuevo surge un nuevo concepto: los rascacielos. Este fenómeno nace principalmente como una solución vertical al problema de valoración y demanda en los lotes que se estaba dando en la ciudad, y así con muchos pisos elevados sobre una planta reducida se sacaba mayor provecho del espacio. Al tiempo que esto surgen los ascensores eléctricos y las ideas de nuevas formas de construcción, como estructuras más ligeras, revestidas según la función del edificio, entre otras cosas.

 

            Y hacia la década de los cincuenta, en Colombia, cuando se emprende el proyecto de construir el edificio del Banco De Bogotá, la capital tenía entonces un crecimiento acelerado y estaba en pleno desarrollo urbano y económico (un ejemplo de esto es la ampliación de la carrera Décima). Así mismo, los materiales con los que se construyó el edificio dan constancia de el desarrollo industrial de Colombia en las últimas décadas y la calidad de los productos que hasta poco tiempo antes de importaban de Europa y los Estados Unidos. 

 

“La carrera Décima materializó un proyecto urbano moderno en una ciudad con predominio de arquitectura colonial y republicana, cuya imagen ya no estaba acorde con la comunidad que contenía, con un tráfico automotor creciente que no cabía en las estrechas calles tradicionales y para una sociedad anhelante de progreso, entusiasmada con los adelantos tecnológicos, con los nuevos materiales y con las modernas propuestas europeas en urbanismo y en arquitectura”.

Gabriel Pardo García-Peña, Presentación La Carrera de la Modernidad (P.7)

 

Entre 1954 y 1955, el Banco de Bogotá adquiere dieciséis predios originales para trasladar su casa principal a la carrera Décima, recién ampliada. El gerente de entonces, Martín del Corral, inicia la adquisición de lotes sobre esta carrera ya terminada, que ya a los pocos años de su reconstrucción se había convertido en una de las arterias más importantes de la capital colombiana, hasta incluir en el englobe los predios con frente a la carrera 12. Y la construcción de esta nueva casa principal del Banco tiene una relación reciproca de conveniencia con el sector en el que esta ubicada, pues no sólo le dio más jerarquía e imponencia a una vía que creció y ganó importancia tras su ampliación, sino que al Banco a su vez le convino el movimiento, el entorno, y las actividades que se llevaban a cabo en su entorno inmediato para mover y dinamizar el programa que se proponía entonces. Resultó ser  completamente acorde con el programa que sugería esta zona distintiva de la ciudad.

 

En los alrededores del edificio empezaron a surgir en aquel tiempo un gran número de locales de diferentes comercios. Sobre el costado occidental de la carrera Décima, en la misma manzana del edificio, aparecieron negocios como zapaterías y sastrerías, entre otras cosas, mientras que hacia el otro costado de la carrera Décima se encontraban diferentes bancos y oficinas. En la diagonal hacia el suroccidente, por otro lado, se encuentra San Victorino, y el edificio queda ubicado cerca al Eje Ambiental (Avenida Jiménez) otra vía importante en la red de vías de Bogotá, especialmente por el flujo peatonal.

Pronto, la zona se convirtió en un centro de comercio importante para Bogotá, así como en una zona altamente congestionada tanto por los vehículos como por los peatones, pues aunque en sus alrededores hay pocos edificios de vivienda, la población flotante de la zona es una de las más elevadas en densidad de la ciudad de Bogotá. j000rbanismo y en arquitectura ,smo y en arquitectura ºpuestas europeas en urbanpismoadelantos tecnol Unidos.dtructura portante,

 

            Inspirada en el edificio Lever House (1951-1952) de Nueva York, la firma neoyorkina Skidmore Owings & Merrill lleva a cabo en los límites del centro histórico de Bogotá (calle 14 con carrera 10) la construcción del edificio del Banco de Bogotá de la mano de la firma colombiana Martínez Cárdenas & CIA. LTDA., asociada con Pablo Lanzetta Pinzón, y del diseño estructural de U.S. Steel. Al terminar su construcción en 1964, se convierte en el edificio más alto de Bogotá hasta el momento siendo pionero de los rascacielos en Colombia, y a su vez incorporando tardíamente al país los parámetros y características más significativas de la modernidad, y más concretamente de la Escuela de Chicago.

 

Del edificio se destacan dos elementos principales: una plataforma de tres pisos con mezanine y una torre de dieciocho pisos -87 metros de altura-. Su estructura es de acero remachado, cimentada sobre pilotes de concreto, y fue construido en hormigón armado y luego revestido en cristal y aluminio. Tres de sus fachadas (las que dan al sur, al oriente, y al occidente) son flotantes de vidrio con finos perfiles de acero inoxidable que recubren la estructura portante, haciendo énfasis en su extensión vertical.

 

La plataforma esta compuesta de dos rectángulos, donde el punto fijo se concentra sobre uno de los puntos fijos del predio. El primer rectángulo tiene cinco ejes estructurales a lo ancho y seis a lo largo (uno cada once metros con excepción del primero hacia el nororiente, que tiene 8.7 metros como instancia para empatar el edificio con la carrera Décima). El segundo rectángulo tiene cinco ejes a lo ancho y nueve a lo largo,  donde las distancias varían a lo ancho, y se mantienen con una medida de 5.8 metros a lo largo.  

 

La torre, que organiza verticalmente oficinas independientes bien sea para renta o venta particular, tiene una planta tipo de forma rectangular con tres ejes estructurales paralelos en el sentido ancho y cinco en sentido largo (cada once metros), con un punto fijo –seis ascensores, escalera y baños- en la esquina noroccidental. A partir del hall de ascensores se desprende un eje de circulación longitudinal desde donde se accede a las oficinas.

 

La fachada principal es la oriental, donde se crea el acceso a las plantas, pues da hacia la carrera Décima, donde hay una mayor concentración y flujo de gente.

 

Por último, el edificio esta orientado de oriente a occidente, con el fin de aprovechar la luz natural y la energía y consiguiendo claridad en las horas laborales, y cuenta con un sistema de aire acondicionado que regula su temperatura.